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Calendario Hebreo |
Las naciones de Occidente basan su calendario en el año solar: 365 días es el tiempo que tarda la Tierra en describir su órbita alrededor del Sol. En este sistema, ni los períodos anuales, ni las fechas que corresponden a los diferentes meses, guardan relación alguna con las fases lunares. Para los musulmanes, en cambio, lo que importa es la Luna, tanto en lo concerniente al año como a cada uno de los meses. El año lunar tiene, aproximadamente, 11 días menos que el año solar ( casi 354 días). El calendario hebreo se basa, en algunos aspectos, en el año lunar, y en otros en el solar. Los meses se fijan según el tiempo que tarda la Luna en recorrer su órbita alrededor de la Tierra; pero el cálculo de los años se efectúa sobre los períodos solares. Y dado que el año solar, como dijimos, tiene 11 días más que el año lunar, se dispuso, para igualarlos, agregar un mes cada dos o cada tres años, según la serie 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19. Así se logró que la festividad de Pésaj cayera siempre en el mes inicial de la Primavera: Nisán. El mes que se añade es el de Adar, y de este modo el año reúne dos meses con el mismo nombre. Se distinguen como "Adar Álef" Y "Adar bet". Un año con esa característica es llamado "shaná meubéret" (año "grávido", "engrosado" o bisiesto). En cada ciclo de 19 períodos anuales, son 7 los que incorporan un mes adicional. El día y sus divisiones De acuerdo al Pasuk (versículo) [3] "... y fue el anochecer y fue el amanecer de un día", la noche que precede a un día forma con éste un "Yom" (día completo). Halayla (la noche) comienza con la aparición de tres estrellas de mediana magnitud en el crepúsculo. El período comprendido entre la puesta del sol y la salida de las estrellas especificadas, se denomina "Ben Hashemashot". Sobre el tipo de estrellas y la duración de Ben Hashemashot existen diversas opiniones rabínicas. La duración de los días varían según la época del año. El día llamado Emtsahi (termino medio) es el resultado del promedio general. El día se divide en 24 Shahot (horas). Cada Shahá (hora) se divide en 1080 jalakim (partes) para facilitar los cálculos, ya que este número es muy operable. A su vez cada jelek (parte) se divide en 76 regahim (instantes). Un minuto de los relojes usuales equivale a 18 jalakim y un segundo de los mismos equivale a 22 4/5 regahim. Por otro lado un jelek equivale a 3 1/3 segundos. Cuando el sol se encuentra en el cenit es "jatsot Yom" (mediodía), y cuando se encuentra en el Nadir, es "jatsot Layla" (medianoche). El momento de jatsot Yom de cada día, se calcula tomando el tiempo que hay entre la salida y la puesta de sol de ese día. Luego se lo divide por dos. El momento de jatsot Layla es exactamente doce horas normales después. Para ciertos Halajot (leyes) se utilizan a veces las llamadas Shahot Zemaniyot (horas temporales) que resultan de dividir el tiempo de la luz solar del día, que se toma para tal fin, por doce. Es decir se calcula desde Hamud Hashájar (el alba) hasta Hahereb (el anochecer). Dependiendo de la época del año en que se encuentra ese día para establecer la duración de la Shahá Zemanit (hora temporal) de ese día. Existen diferentes opiniones rabínicas sobre el comienzo y el término del lapso utilizado. Una opinión rabínica utiliza para establecer las horas Zemaniot, el mismo método de cálculo para, establecer el momento de jatsot Yom. O sea se toma el tiempo desde la salida hasta la puesta del sol y se lo divide por doce. Hashabuah (la semana) Está escrito [4]: "...porque en seis días hizo Hashem a los cielos y a la tierra, y en el día séptimo descansó" ordenando al pueblo Israel respetar y observar el día Shabat (sábado), el que a través de las generaciones es aceptado universalmente. La semana se compone de siete días. Los seis días hábiles se les denomina: Rishón (primero), Sheni (segundo), Shelishí (tercero), Rebihí (cuarto), jamishí (quinto), y Shishí (sexto). Se les denomina con números ordinales para indicar que durante toda la semana se tienen presente al día Shabat que es la culminación de la semana. El comienzo de la semana, o sea Leil Rishón (la noche del primer día de la semana) se llama ("Motsa'é Shabat") (la salida del Shabat) y es sábado por la noche para los gentiles. Para éstos la semana comienza en la medianoche del sábado o sea a la cero horas del domingo. Y en esa forma determinan sucesivamente a los demás días. En el Talmud para designar la noche correspondiente a un día determinado, se utiliza a veces retóricamente el vocablo "Or" (luz). Por ejemplo: Or le'arbahá--hasar--(Ia noche del día catorce). Hajodesh (El Mes) Debido a las fases que presenta Hayaréaj (la luna) en su curso al girar alrededor de la tierra, se denomina al período que demora en hacerlo "Yéraj" (lunación), pero, más difundido es el término "Jódesh" derivado de Jidush (renovación), llamado así porque después del novilunio reaparece la luna nuevamente. El comienzo de esta reaparición se llama "Molad" y marca la iniciación de un nuevo jódesh Halebaná (mes lunar). El mes lunar de Molad a Molad, que se denomina en astronomía: mes sinódico de la luna, dura exactamente 29 días, 12 horas y 793 jalakim. El creador ordena a Moshé: "Este mes será para vosotros cabecera de los meses...", expresando con esto la Mitsvá (precepto), con previo cálculo, de fijar los Rashé jodashim (cabeceras de los meses) al presenciar la aparición de cada Molad. Otro Pasuk [6] dice: " ... Jódesh Yamim..." (mes-días); dando a entender que los meses deben componerse de días íntegros, sin fracciones [7]. Por eso se fija alternativamente un jódesh Jaser (falto) de 29 días y un jódesh Malé (completo) o Mehubar (embolismal) de 30 días. Al día 30º de ese mes junto con el primer día del mes siguiente se los designan "Rosh jódesh" (cabecera del mes). Adicionar un día a un mes y transformarlo de 30 días se denomina Hibur Hajódesh. Notas: [1] Bereshit (Génesis),1-14 [2] Debarim (Deuteronomio) XVII-10 [3] Bereshit 1-5 [4] Shemot (Exodo) XXXI-16 [5] Shemot XII-2 [6] Bamidbar (Números) XI-20 [7] Masejet Meguilá 5a Además del modo de vida cotidiano con su periódica cumbre espiritual -el Shabat- cada siete días, hay festividades y períodos sagrados fijos, ocasiones especiales que agregan una fragancia especial y un color adicional a la vida judía. Esos días singulares constituyen caminos adicionales a través de los cuales el judío adquiere el conocimiento del papel de Dios en la naturaleza y en la historia, y a través de los cuales el judío se identifica con la tierra de Israel y con Jerusalén, la Ciudad Santa. Representan las aspiraciones y los valores más profundos del pueblo judío. Las festividades brindan al pueblo judío las ocasiones para celebrar y regocijarse en los acontecimientos histórico-espirituales que lo convirtieron en una nación y en una fe. Proporcionan las oportunidades para celebrar las victorias y los triunfos del pueblo, así como para lamentar y acongojarse por las tragedias que ha sufrido. Los días especiales suministran al judío un motivo para identificarse con las ocasiones históricas que tienen significado religioso y deben ser conmemoradas. Las festividades designadas por la Torá como "períodos sagrados" en las que no debe ejecutarse "ninguna clase de trabajo servil" son semejantes al Shabat en espíritu y santidad. A esto se agrega las características distintivas suplementarias para cada festividad en particular. Aunque los Días Intermedios de las festividades y las festividades postbíblicas, no poseen el mismo grado de santidad que el Shabat, las observancias características de cada festividad contribuyen inmensamente a hacer incluso a esos días distintos y "algo especial" en la vida del judío. |
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